Artesanos en El Camino

Enclavada en el interior de Álava, Bat Gara representa la evolución audaz y contemporánea del txakoli vasco. Fundada en 2014 en Lezama por dos apasionados del viñedo —Jose Cruz Guinea y Txema Gotxi, el alma creativa y el enólogo de la casa—, la bodega surge de un linaje familiar de viticultores que ya elaboraban su propio vino para autoconsumo, como ocurría tradicionalmente en tantos caseríos vascos.
Bat Gara rompe moldes en una denominación joven y minoritaria, apenas media docena de bodegas amparadas en la D.O. Txakolí de Álava, apostando por la mínima intervención, la vendimia manual y la elaboración artesanal con variedades autóctonas como la hondarrabi zuri y la hondarrabi zerratia.
Los viñedos —seis hectáreas en los valles de Ayala y Arrastaria— respiran frescura y clima atlántico, en prados y colinas verdes a escasa distancia de Bilbao.
La personalidad de Bat Gara nace del inconformismo y la inquietud creativa de Txema Gotxi, quien, más allá de los txakolis jóvenes habituales, se atreve a experimentar: blancos de crianza, fermentación en todo tipo de maderas (castaño, roble húngaro, cerezo...), vinos naranja, espumosos ancestrales y rarezas como el “Aromas del Sur”, un txakoli innovador criado bajo velo de flor al estilo andaluz, merecedor de premios y convertidos en referencia nacional.
Fieles a la filosofía de hacer cosas diferentes en pequeño formato —no llegan a 35.000 botellas anuales—, cada vino de Bat Gara es un homenaje a la personalidad atlántica y mineral del terroir alavés, al respeto por el ecosistema y a la versatilidad insospechada de la uva local. Su abanico incluye los singulares txakolis UNO y Urtaran, así como microvinificaciones que exploran el futuro de la denominación. Como bien dice Txema: “No hacemos vinos jóvenes. Queremos vinos con alma y recorrido”.
El reconocimiento a Bat Gara está ya en las mejores guías, restaurantes, y en los paladares que buscan autenticidad: vinos de autor, rebeldes y sorprendentes, que transforman la tradición local en pura artesanía moderna y afirman que en el País Vasco también hay un txakoli distinto, original y con mucho que contar.

En el verde paisaje de Ibarra (Gipuzkoa), hay apellidos que han tejido una profunda historia de amor y respeto por la tierra. La familia Zubelzu es uno de ellos. Desde 1994, han sido los guardianes de la auténtica piparra de Ibarra, pioneros en el cultivo sostenible bajo el exigente Eusko Label y embajadores del saber hacer ancestral transmitido de generación en generación.
La empresa, profundamente familiar, nace del esfuerzo compartido y la ilusión de llevar a cada rincón la esencia y el sabor de su entorno. El trabajo diario en campo, las manos que seleccionan cada fruto, y el mimo artesano en la elaboración de sus guindillas, mousse, gildas o encurtidos, son el reflejo de una dedicación absoluta y de una manera de entender la vida en comunión con la naturaleza.
La conexión de los Zubelzu con el entorno de Gipuzkoa va más allá del cultivo: su respeto por el ritmo de las estaciones, el agua que alimenta las huertas, y la biodiversidad de su entorno convierte cada producto en testimonio del paisaje de la comarca. El resultado es una piparra que no solo destaca en toda España por su calidad y frescura, sino que también transmite el carácter alegre, generoso y hospitalario de quienes la cultivan.
Reconocidos por la excelencia de sus productos y admirados por su contribución a la conservación del patrimonio gastronómico vasco, los Zubelzu han logrado, con humildad y constancia, convertir su apellido en sinónimo de artesanía, sostenibilidad y orgullo local. Cada tarro que sale de su obrador lleva consigo una historia de familia, de tierra, y de tradición que sigue viva en cada bocado.

En la comarca de Liébana, donde la vida gira al ritmo de los valles y las estaciones de los Picos de Europa, Rubén Varona personifica el alma de la apicultura cántabra contemporánea. Más que apicultor, Rubén es también guarda forestal y un apasionado defensor de la naturaleza de su entorno. Este doble compromiso le permite proteger la biodiversidad de los bosques lebaniegos y, a la vez, cuidar de sus colmenas con profundo respeto por los ciclos de la montaña.
Heredero de una tradición familiar, Rubén representa a la generación que ha puesto en valor la Miel de Liébana, logrando para ella la Denominación de Origen Protegida. Su labor diaria va mucho más allá de recolectar miel: Rubén invita a descubrir el mundo de las abejas y la apicultura a través de experiencias educativas y de apiturismo, abriendo las puertas de Colmenares de Vendejo a quienes desean entender el papel fundamental de las abejas en los ecosistemas y en la vida rural.
La miel que produce es puro reflejo del territorio: dorada, aromática y fruto de una apicultura artesanal donde todavía predominan los métodos tradicionales. Rubén combina el saber heredado de su familia con una mirada abierta al futuro y a la divulgación. Su pasión por enseñar hace de cada visita una oportunidad para descubrir, saborear y respetar el mundo de la apicultura y la conservación del paisaje cántabro.
Hoy, Colmenares de Vendejo es una referencia para amantes de la miel natural y para quienes buscan experiencias auténticas, gracias al compromiso de Rubén con la calidad, la sostenibilidad y la transmisión de un legado que sabe a Liébana y a tierra viva.

En el encantador pueblo cántabro de San Pedro de Rudagüera, la tradición gastronómica de la familia Salmón —Amparo, Cándido y Ramón— hunde sus raíces en la década de los años 60, cuando sus padres abrieron una taberna y tienda de ultramarinos que pronto se distinguió por la calidad de sus productos y el trato familiar. Entre los aromas del establecimiento y el ritmo pausado de la vida rural, los tres hermanos aprendieron desde pequeños el amor por la cocina bien hecha, el respeto por el entorno y el valor incomparable de lo artesanal.
En los años ochenta, decidieron transformar la antigua casona familiar —erigida sobre las piedras de una ermita del siglo XIX— en la hostería La Ermita 1826. En muy poco tiempo, su cocina se convirtió en referencia regional, gracias a una apuesta decidida por la excelencia, la autenticidad y la innovación dentro del recetario tradicional cántabro. Su plato estrella, el cocido montañés, supo conquistar a locales y viajeros, y hoy sigue representando fielmente el alma de La Ermita.
Ubicada actualmente en Casar de Periedo (Cantabria), Delicatessen La Ermita ha elevado la artesanía a su máxima expresión. Aquí, nada se deja al azar y lo que se puede hacer a mano, se hace a mano. La empresa, fiel a sus orígenes familiares, elabora todos sus productos sin aditivos ni conservantes artificiales, utilizando solo los mejores ingredientes y cocinando con mimo de la manera tradicional. El resultado: una extensa gama de alimentos selectos que pueden formar parte de la carta de cualquier restaurante de prestigio.
Con el tiempo, los Salmón han diversificado su catálogo aportando nuevas creaciones, como lácteos de calidad extraordinaria que recomendamos ampliamente —aunque, por sus necesidades de refrigeración, aún no puedan estar presentes en nuestra tienda online—.
La Ermita se ha convertido así en referencia nacional de la alimentación artesanal y en motivo de orgullo para Cantabria. En WAYS, presentamos su cocido montañés y toda la historia y el esmero que encierra cada producto, convencidos de que al probarlos descubrirás el verdadero sabor de la tierra y el inconfundible sello de una familia que ha hecho de la autenticidad su modo de vida. No es casualidad que una de nuestras fundadoras haya elegido San Pedro de Rudagüera como su hogar en España: este pueblo y su entorno son, sencillamente, irresistibles.

La dulce capital del Camino
Melide es más que una parada en el Camino de Santiago; es un tesoro escondido para aquellos que aprecian los auténticos dulces tradicionales. Con su rica historia y ubicación estratégica en el cruce de caminos de los Caminos Frances y Primitivo, Melide ha preservado su legado a través de sus dulces tradicionales.
Y en Melide Estilo es mucho más que una pastelería al uso. Fundada hace más de 60 años, Estilo ha pasado por tres generaciones, con Alberto Rodríguez actualmente al mando.
Alberto se ha constituido en un guardián de la tradición, dedicado a preservar las recetas y métodos ancestrales que han hecho de Estilo un pilar de la identidad de Melide.
Alberto creció rodeado de los aromas de pasteles recién horneados, aprendiendo el oficio de su padre y su abuela. Esta profunda conexión con el legado familiar es lo que lo impulsa a mantener la autenticidad de las ofertas de Estilo.
A pesar de los desafíos de los tiempos modernos, incluyendo economías fluctuantes y el ritmo acelerado de la vida, Alberto sigue comprometido con la simplicidad y pureza de los ingredientes utilizados en su pastelería y sin usar ningun tipo de conservante.
El resultado es una gama de dulces que no solo son deliciosos, sino que también llevan la esencia del rico patrimonio cultural de Melide.
Los viajeros son bienvenidos a visitar Estilo, en el centro del pueblo, y disfrutar la magia de los dulces más famosos de Melide: Melindres, Ricos y Almendrados acompañados de un delicioso cafe.

Preservando la Tradición con Innovación
En los serenos paisajes de Sarria, Lugo, se encuentra Cárnicas Teijeiro, un testimonio de tradición, pasión e innovación en el mundo de la charcutería.
Fundada por la familia Teijeiro, esta notable empresa ha sido pionera en la recuperación y producción de la raza Cerdo Celta, una iniciativa que comenzó a finales de los años 90. Carlos Teijeiro, inspirado por su espíritu emprendedor y sus profundas raíces familiares, dejó una exitosa carrera en formación de ingenieros para dedicarse a esta noble causa.
Cerdo Celta
El cerdo celta (gallego: Porco celta) es una raza de cerdo nativa de la comunidad autónoma de Galicia, en el noroeste de España.
Aunque fueron relativamente comunes hasta principios del siglo XX, los cerdos celtas casi habían desaparecido en la década de 1980. La raza se está recuperando y ahora hay más de 2.500 cerdas de raza pura.
Los cerdos celtas crecen más lentamente y desarrollan más grasa que las razas modernas como la Large White, lo que los hace menos adecuados para la producción intensiva de carne comercial, pero ideales para la creación de productos de cerdo curado.
Eco Granja Teijeiro
Carlos, junto con su cuñado Óscar Moreno, tomó las riendas del negocio familiar con una visión de elevar la calidad y autenticidad de sus productos. Establecieron Eco Granja Teijeiro, una finca de 20 hectáreas en O Incio, dedicada a la cría sostenible del Cerdo Celta. Su compromiso con la excelencia se refleja en cada aspecto de su trabajo, desde la cuidadosa selección de los animales hasta la meticulosa elaboración de cada producto.
La historia de Cárnicas Teijeiro es una de resiliencia y dedicación. Unificar 27 parcelas de tierra de varias familias para crear su extensa finca no fue tarea fácil. Sin embargo, impulsados por una visión compartida, Carlos y su equipo han creado un ecosistema próspero donde la tradición se encuentra con la modernidad. Sus esfuerzos no solo han revivido una raza casi extinta, sino que también han establecido nuevos estándares de calidad en la industria de la charcutería.
En Cárnicas Teijeiro, cada producto es un trabajo de amor, que encarna el rico patrimonio y la excelencia culinaria de Galicia. Los visitantes de su finca pueden sumergirse en la experiencia completa, desde aprender sobre la historia y la tecnología de la ganadería extensiva hasta participar en talleres y catas. A través de su enfoque innovador, Carlos y su familia han creado un destino que celebra el pasado mientras abraza el futuro.

La tradición alfarera de Gundivós estuvo en peligro en el siglo XX debido a la introducción del plástico y el cristal. Sin embargo, gracias a los esfuerzos de individuos como Elías González para revitalizar el Rectoral de Gundivos, uno de los cuatro centros de alfarería tradicional que todavía permanecen activos en Galicia, con una alfarería de las más primitivas de la Península Ibérica que ofrece piezas de un característico color negro. Este es el único alfar de torno bajo que se conserva en Galicia.
La alfarería de Gundivós comienza en el siglo XV y llega prácticamente inalterada hasta nuestros días. A mediados del siglo XX la venta masiva de plástico comienza a sustituir a estas piezas, condenándolas casi a su desaparición. La recuperación se hizo gracias a un grupo de emigrantes que a finales de los años 70 decidieron dedicarse a revitalizar el oficio de “cacharreiro”.
Elías González aprendió este oficio de unos de ellos, Agapito, y decidió convertirlo en su modo de vida. Con la rehabilitación de un edificio del siglo XVIII, “La Rectoral de Gundivós”, vinculó la artesanía al turismo de la Ribeira Sacra. En la Rectoral, además del alfar, habilitó una sala para conferencias, otra para la exposición de piezas antiguas y otra para la venta. La rectoral es hoy un proyecto integral donde puede uno ver un alfar tradicional funcionando, adquirir piezas únicas y comprender esta preciosa tradición.
La cerámica de Gundivós en Galicia es verdaderamente una joya del patrimonio artesanal de Europa. Esta tradición milenaria, arraigada en una región vitivinícola histórica, es un testamento viviente de la conexión entre la tierra, la cultura y la artesanía.

Fundada hace más de 60 años en Barbastro, en las estribaciones de los Pirineos españoles, Julián Mairal es una empresa familiar dedicada a preservar y mejorar las ricas tradiciones de la charcutería aragonesa.
La compañía fue establecida en 1958 por Julián Mairal Fumanal, cuya visión y pasión sentaron las bases de esta marca artesanal, conocida por su calidad excepcional.
Hoy en día, bajo el liderazgo de Julián Mairal Villamana, la empresa se ha modernizado sin perder su esencia. El profundo conocimiento de Julián en la industria cárnica le ha permitido expandir y mejorar las instalaciones de producción, transformando el negocio en un referente nacional en jamones, embutidos frescos y curados, y longaniza. La tercera generación de la familia Mairal ya desempeña roles clave en la empresa, asegurando que el legado y las tradiciones de Julián Mairal continúen prosperando.
Sostenibilidad e innovación
El compromiso de Mairal con la sostenibilidad se refleja en el uso de paneles solares y prácticas respetuosas con el medio ambiente, asegurando que su producción sea de alta calidad y eficiente en el uso de energía. Su dedicación a la seguridad alimentaria y la innovación los ha convertido en líderes de la industria, siempre cumpliendo con los estándares más altos de calidad a través de certificaciones como BRC e IFS.
El enfoque de la familia Mairal en la artesanía, calidad y responsabilidad ambiental refleja los valores fundamentales que han guiado a la empresa durante más de seis décadas. Esta combinación de tradición y modernidad garantiza que sus productos artesanales sigan siendo un referente de excelencia tanto en el mercado español como en el internacional.

Beatriz Figueroa Pérez y Borja Jiménez Rodríguez han decidido apostar e invertir todos nuestros recursos en la creación de la marca Miel Camino de Santiago, después de haber dedicado no pocos años en el oficio que hemos absorbido desde niños.
Su local está situado en pleno Camino de Santiago Francés (Cacabelos), donde te invitamos a visitarnos y conocer todo lo relacionado con el bello mundo de la apicultura.
Nuestros colmenares están repartidos a lo largo de los Caminos que recorren El Bierzo, por ejemplo: en el municipio de Corullón en pleno Camino de Santiago Francés, en la localidad de Congosto en pleno Camino de Santiago Olvidado, en el Municipio de Villafranca en el Camino de Santiago Francés y otros.

Un Sabor de Tradición y Devoción
En el corazón de Carrión de los Condes, el histórico Monasterio de Santa Clara no solo es un santuario espiritual, sino también un hogar de una tradición centenaria en la elaboración artesanal de dulces, cuidadosamente preparados por las monjas de clausura. Bajo la dirección de Sor Micaela, una auténtica fuerza de la naturaleza, la pequeña comunidad del monasterio sigue cultivando un legado que data del siglo XIII, uniendo fe y artesanía en cada uno de sus manjares.
Para las monjas Clarisas, la elaboración de dulces no es solo una habilidad, es su principal fuente de subsistencia desde el año 1952. Utilizando ingredientes puros y auténticos, siguen recetas rigurosas y tradicionales, produciendo dulces de la más alta calidad que han sustentado a la comunidad durante más de cinco décadas. Cada bocado es un testimonio de su dedicación, sin concesiones en cuanto a la calidad; solo huevos frescos, almendras y otros ingredientes genuinos, garantizando que cada pastel tenga el sabor auténtico que exige la receta original.
Las pastas de limón y pastas de nata son dos de sus productos más apreciados, una mezcla perfecta de sabores tradicionales y devoción local. Estos dulces no solo preservan recetas transmitidas a lo largo de generaciones, sino que también conectan al monasterio con la comunidad a través de eventos como la feria “Dulzura en Clausura,” que exhibe estos tesoros hechos a mano.
A pesar de los desafíos que presentan los tiempos modernos, Sor Micaela y sus compañeras del convento han sabido adaptarse, asegurando que el antiguo arte de la repostería conventual siga vivo. Ahora, puedes disfrutar de sus exquisitos dulces por primera vez en venta online, apoyando las tradiciones locales.
Para aquellos interesados en probar estas delicias celestiales, pueden hacer sus pedidos por correo electrónico o WhatsApp, y cada compra apoya el trabajo continuo de esta histórica y sagrada institución.

Donde el Vino, el Arte y el Camino se Encuentran
En el corazón de la Rioja Alta, junto al histórico Camino de Santiago, Bodegas Florentino Martínez es un lugar donde la tradición vitivinícola se fusiona con el arte y la cultura. Fundada en 1992, esta bodega familiar en Cordovín sigue cultivando siglos de herencia vinícola, combinando lo mejor del pasado con la innovación, a través de la creación de vinos excepcionales y la expresión artística.
El alma de la bodega es el Calado Florentino, una impresionante cava subterránea convertida en obra de arte por el artista bilbaíno Alberto Palomera. Este espacio no solo es un lugar para la crianza del vino, sino un homenaje al legado espiritual y cultural del Camino y la rica historia monástica de La Rioja. Con pictogramas y arcos inspirados en manuscritos medievales, el Calado invita a los visitantes a un singular "scriptorium", donde el recorrido del vino refleja las peregrinaciones filosóficas y religiosas del pasado.
La devoción de la bodega por la cultura va más allá de sus instalaciones. La pasión de Florentino Martínez por el relato se refleja en su concurso anual de Microrrelatos, que celebra el lanzamiento de vinos como Tinto Distercio y Tanka. Este certamen literario reúne a escritores que capturan la esencia de sus vinos en breves pero evocadoras historias, profundizando aún más en la conexión entre el vino y el arte narrativo.
Los vinos de Florentino son un reflejo tanto de la tierra como de la dedicación de su familia. Cosechados a mano de viñedos con más de 50 años de antigüedad, cada botella se elabora con precisión para extraer las mejores cualidades del fruto. Vinos como Tinto Distercio y Florentius Blanco, producidos solo en años excepcionales, son reconocidos por su profundidad y complejidad. Las barricas de roble, elaboradas con madera de los cercanos Montes Distercios, añaden un toque regional único que realza cada vino.
Visitar Bodegas Florentino Martínez es un viaje en el tiempo, donde no solo degustarás vinos riojanos excepcionales, sino que te sumergirás en el arte, la historia y la narrativa que hacen de esta bodega un verdadero referente cultural. Descubre las ricas historias detrás de cada botella y explora el alma artística de la Rioja Alta.

Bodega del Bierzo

Hablar en Plata y Azabache.
Enrique Fink es un maestro joyero de Santiago de Compostela, reconocido por su excepcional habilidad para trabajar con dos materiales emblemáticos de la región: el azabache y la plata.
Con una carrera dedicada a la artesanía, Enrique ha perfeccionado la creación de piezas únicas que combinan tradición y modernidad, haciendo de su nombre un referente en la joyería compostelana y es ahora el presidente de la asociación Ourives de Compostela, una agrupación que reúne a los plateros y azabacheros de la ciudad.
El azabache, una madera fosilizada de millones de años de antigüedad, conocida por su intenso color negro y su durabilidad, ha sido trabajada en Santiago con un nivel de maestría que no se encuentra en ningún otro lugar del mundo. Enrique respeta y preserva las técnicas ancestrales de talla de azabache, combinándolas con su propio toque contemporáneo para crear joyas que son auténticas obras de arte.
La importancia del azabache como la piedra del Camino se remonta a la Edad Media, cuando los peregrinos compraban amuletos de azabache a los artesanos en Santiago como recuerdo de su viaje. La piedra, a menudo referida como "ámbar negro" o "madera petrificada", se cree que posee propiedades mágicas, ofreciendo protección contra energías negativas. Esta tradición profundamente arraigada continúa hoy en día con las creaciones de Enrique, que encarnan el espíritu y el simbolismo del Camino.
La plata, el otro pilar de su trabajo, es meticulosamente seleccionada por Enrique, garantizando siempre la más alta calidad. Su habilidad para trabajar la filigrana de plata es impresionante, reflejando años de dedicación y práctica. Cada pieza que sale de su taller es una muestra de su compromiso con la excelencia artesanal, donde la precisión y la atención al detalle son fundamentales.
El proceso de creación en el taller de Enrique es un testimonio de su profundo conocimiento y experiencia. Desde la selección de los materiales hasta el diseño y la fabricación, cada etapa es realizada con un rigor y una pasión que aseguran que cada joya sea única y esté impregnada de la rica herencia cultural de Santiago. Enrique no solo crea joyas, sino que infunde en cada pieza una parte de la historia y el espíritu de Compostela.
Enrique Fink es, sin duda, un custodio de la tradición joyera de Santiago, pero también es un innovador, capaz de reinterpretar lo clásico, adaptándose y evolucionando sin perder nunca su esencia para hacerse relevante en el mundo contemporáneo.

Ribeira Sacra: Viticultura Heroica.
Situada en el corazón de la Ribeira Sacra, en la subzona de Amandi, Finca Cuarta es un verdadero reflejo de la fuerza, la magia y la dedicación que definen este escarpado paisaje gallego. Fundada por Rubén Moure, un apasionado enólogo con profundas raíces en las tradiciones vinícolas de la región, Finca Cuarta no es solo una bodega; es un testimonio del espíritu perdurable de la viticultura heroica de la Ribeira Sacra.
Rubén Moure, un enólogo de tercera generación, ha estado al frente de Finca Cuarta durante más de una década, continuando el legado de su familia en el arte de la vinificación. Su viaje comenzó con la bodega Prior de Pantón, pero su visión para Finca Cuarta pronto adquirió vida propia. Con un profundo amor por la tierra, en particular por la menos conocida Ribeira del Cabe, Rubén ha ampliado la producción de la bodega desde unos iniciales 120,000 litros hasta unos impresionantes 380,000 litros anuales. Sus vinos son elaborados con el máximo cuidado, reflejando el terroir único y los esfuerzos heroicos necesarios para cultivar estos viñedos en terrazas empinadas.
En Finca Cuarta, el compromiso de Rubén con los vinos monovarietales permite que cada variedad de uva exprese su verdadero carácter. Su dedicación a los métodos tradicionales, combinados con técnicas modernas, ha ganado a Finca Cuarta numerosos reconocimientos en prestigiosos concursos de vino.
Los visitantes de Finca Cuarta pueden experimentar la magia de los vinos de Rubén de primera mano y aunque la bodega aún no está abierta para el enoturismo a gran escala, el equipo siempre está dispuesto a compartir su pasión y conocimiento con quienes buscan descubrir la verdadera esencia de la Ribeira Sacra.

LA TRADICION CRUZA LOS PIRINEOS
Etxenike, enclavado en el pintoresco pueblo pirenaico de Burguete, Navarra, justo en el Camino entre Roncesvalles y Zubiri, es un distinguido productor artesanal especializado en foie gras y patés.
Fundada a principios de los años 90 por Mitxel Etxenike, un artesano hábil con profundas raíces en las tradiciones culinarias francesas, Etxenike se ha convertido en sinónimo de calidad y artesanía en el mundo de las delicias gourmet. Con un compromiso firme de mantener los métodos artesanales transmitidos a lo largo de generaciones, Etxenike lleva con orgullo la designación de "Empresa Artesana de Navarra" y la prestigiosa marca Reyno Gourmet.
La Tradición del Pato en Navarra
La relación de Navarra con los productos derivados del pato se remonta a la historia, cuando la proximidad de la región con Francia, especialmente los valles pirenaicos cercanos a Aquitania, inspiró a empresarios locales a aprender de los expertos franceses.
Este intercambio transfronterizo llevó al establecimiento de granjas de patos en Navarra, principalmente para la producción de foie gras. Décadas después, esta tradición no solo continúa, sino que prospera, contribuyendo significativamente a la economía local y manteniendo una fuerte presencia en los mercados tanto nacionales como internacionales. El pato, con sus usos versátiles, desde el foie gras hasta el confit, sigue siendo un elemento central en la cocina gourmet, celebrado por su rica historia y sabor excepcional.
Artesanía y Calidad
La dedicación de Etxenike a la calidad es evidente en cada paso de su proceso de producción. Los patos y gansos utilizados en sus productos son seleccionados de la renombrada región de Las Landas en Francia, donde se crían con una estricta dieta de maíz puro. Este compromiso con la calidad asegura que cada producto, ya sea foie gras, paté u otra delicia, cumpla con los más altos estándares. La meticulosa preparación y el cuidado artesanal que se pone en cada artículo mantienen viva la rica herencia culinaria de Navarra.

Navarrete: Un Centro Histórico de la Cerámica
En el corazón de La Rioja, en la histórica localidad de Navarrete, Alfarería Naharro se erige como un símbolo de la cerámica tradicional española.
Navarrete, conocido como el último centro alfarero de la región, posee una tradición cerámica que se remonta a siglos atrás, con posibles orígenes en las alfarerías de la época romana. La arcilla local, combinada con técnicas tradicionales transmitidas de generación en generación, ha hecho de Navarrete un centro único para la cerámica.
Hoy en día, es el último centro alfarero que queda en La Rioja. Antonio Naharro Flores, el maestro alfarero detrás de Alfarería Naharro, ha dedicado su vida a continuar con este legado, creando piezas que honran tanto el pasado como el presente de este antiguo arte. Ahora su Hijos, Toño Naharro Navarro ha elevado esta tradicion al estatuto de arte.
Artesanía e Innovación
En Alfarería Naharro, el enfoque está en crear cerámica de alta calidad utilizando tanto métodos tradicionales como contemporáneos. Las piezas creadas por Antonio van desde artículos funcionales como jarras de vino, jarros de leche y cántaros de agua, hasta cerámica decorativa y personalizada.
Su taller es conocido por el Jarro Medidor de Leche y el Tarro de Ordeño, inspirados en diseños tradicionales que alguna vez fueron populares en el País Vasco y Navarrete. Estas piezas a menudo se terminan con un vidriado blanco, dejando la parte inferior sin esmaltar, una técnica que alcanzó su apogeo a mediados del siglo XX.
El trabajo de Antonio es una mezcla de lo antiguo y lo nuevo. Continúa utilizando el torno tradicional para muchas de sus creaciones, asegurando que cada pieza se elabore con el mismo cuidado y atención al detalle que ha definido la cerámica de Navarrete durante siglos. El Cántaro de Navarrete, por ejemplo, es una pieza emblemática que ejemplifica esta combinación de tradición y funcionalidad.
Compromiso con el Patrimonio y la Sostenibilidad
Antonio no solo está dedicado a preservar los métodos tradicionales de su oficio, sino también a garantizar que su trabajo sea sostenible. Toda la arcilla utilizada en su taller es natural y de origen local, lo que asegura que sus piezas sean ecológicas y libres de productos químicos nocivos. Este compromiso con la sostenibilidad se refleja en cada aspecto de su trabajo, desde los materiales que utiliza hasta las técnicas que emplea.
Celebrando el Arte de la Cerámica en N.A.CE
La tradición cerámica de Navarrete se celebra anualmente en la Feria Nacional de Alfarería y Cerámica N.A.CE., donde artesanos de toda España y más allá se reúnen para mostrar su trabajo. Este evento, que incluye arte, música y teatro, es un testimonio de la importancia duradera de la alfarería en Navarrete y en el panorama cultural más amplio de La Rioja. Antonio Naharro es una figura clave en esta comunidad, representando el rico patrimonio de la cerámica de Navarrete mientras continúa innovando y ampliando los límites de su arte.